jueves, 19 de febrero de 2009

La historia de una niña llamada Genie Wiley

Hay muchas historias que parecen ser irreales por la crueldad que encierran, especialmente aquellas que abrigan el sufrimiento del ser humano y, en particular, las que nos cuentan el dolor sufrido por los niños. Este caso conmocionó al mundo entero cuando se diero a conocer la historia. Se estudiaban por aquel entonces historias como las de Victor de Averyon, al que se encontró en mitad del bosque cuando contaba trece años de edad. Se comportaba como si fuera un animal, ya que se había criado desde muy pequeño con ellos; tal vez fue abandonado a su suerte o perdido por sus padres. El caso es que este chico murió y los estudios que se realizaron en torno al suceso habían abrumado a los investigadores en las décadas de los 60 y los 70.

Esta es la historia de una niña llamada Genie Wiley., que vivía en un barrio en las afueras de Los Angeles en 1970.

Genie nació el 18 de abril de 1957. Su madre era casi ciega y su padre le pegaba constantes palizas. Además, Genie tenia un hermano mayor, llamado John. Todos vivían recluidos en la casa, y, en ocasiones excepcionales, Clark, el padre de Genie, los dejaba salir.

Cuando Genie nació, no se detecto ninguna anomalía física, pero no empezó a hablar hasta los 20 meses, por lo que se temió que sufriera algún tipo de retraso mental. Por eso, y temiendo que, por su situación familiar, los servicios sociales le quitaran la custodia de su hija, Clark la encerró en una de las habitaciones de la casa que estaba casi completamente tapada. Durante trece años, Genie solo pudo ver unos cinco centímetros de luz solar. En este mismo tiempo, la única persona con la que Genie tuvo contacto fue con su padre, que acudía para alimentarla (generalmente con comida de bebe), ya que Genie no era capaz de hacer nada sola. Solia estar atada a una silla o en una jaula que el padre habia confeccionado para ella, y apenas podia caminar erguida. Le estaba prohibido emitir sonido alguno, y si lo hacia, su padre la golpeaba. Hasta que un dia, Clark se despisto y su mujer tomo a Genie y a John para ir en busca de los servicios sociales. Alli creyeron, por la estatura y la delgadez extrema que Genie presentaba, que tendría unos seis o siete años, y además, pensaron que era autista. Pero al conocerse los detalles de la historia se aviso rápidamente a la policía, que tomo de inmediato cartas en el asunto. Solamente el padre fue considerado culpable, ya que la madre, debido a su estado de ceguera casi total y a las frecuentes amenazas de su marido, poco podía hacer por Genie. El padre de Genie, el mismo día en el que se celebraba el juicio, se quito la vida de un disparo en la sien.

Rápidamente, Genie fue trasladada al Children’s Hospital, en Los Angeles. Allí se dieron cuenta de que algo mas fallaba en el caso de la niña, ya que, aparte de no comunicarse verbalmente, no podía caminar erguida y no sabia hacer cosas tales como comer sola o vestirse. Allí comenzaron los estudios de su caso: había médicos que opinaban que era inútil enseñarla a utilizar el lenguaje verbal, y había otros que opinaban que aun no era demasiado tarde para hacerlo. Uno de los médicos, la Dra. Jeanne Butler consiguió llevarla a casa para estudiarla mas a fondo. Recibía ayudas del gobierno para que Genie viviera como en su casa, e intento adoptarla, pero no lo consiguió, por lo que la niña, ante la insistencia de los médicos, que se quejaban de la Dra. Butler diciendo que quería aprovecharse de la situación, tuvo que volver al hospital, donde fue sometida a pruebas constantes. Entonces se descubrió la inactividad casi total del hemisferio izquierdo de la niña (el hemisferio en el que se hallan las principales competencias lingüísticas), que parecía atrofiado.

Poco tiempo después, los Rigler adoptaron a Genie, que aprendió a comunicarse verbalmente y por señas, pero cuatro años mas tarde se acabaron las ayudas del gobierno y abandonaron a Genie. Fue devuelta a su madre, que había recuperado algunas de sus facultades visuales tras una operación, pero volvió a darla en adopción, alegando que no era capaz de cuidarla. Seis familias la adoptaron durante este tiempo, y volvio a sufrir maltrato e incluso dejo de hablar tras ser castigada por vomitar.

En la actualidad, se dice que Genie se encuentra en una institución dedicada a adultos con varios tipos de discapacidades mentales, pero no se sabe con certeza si vive o si ha muerto. Con la paralización de las investigaciones que se estaban llevando a cabo con ella nunca se sabrá si Genie realmente sufría algún tipo de retraso mental o si los problemas con el lenguaje y la integración social fueron exclusivamente fruto de su encierro en la infancia. Si que es cierto que existe lo que se denomina el “periodo critico del aprendizaje” o el “periodo sensible”, en el que la plasticidad del cerebro de un bebe o de un niño de corta edad es mas receptivo para aprender habilidades como la del lenguaje. Una vez transcurrido ese tiempo, los esfuerzos son mucho mayores y no se obtienen los mismos resultados. Genie avanzaba bastante en el aprendizaje del léxico, pero la sintaxis se mantenía bloqueada, y por eso solo era capaz de enunciar frases como “Father hit stick big” (padre pegar palo grande) En el caso de Genie, tampoco se consiguió socializarla.

Se han escrito paginas y paginas sobre Genie Wiley y sobre otros casos de niños “ferales”, o niños que han sido, de una u otra manera, privados de contacto social en la infancia. También existe una película que se estreno en 2001, titulada “Mockingbird don’t sing”.

Hay mucha controversia con respecto a los estudios llevados a cabo con estos niños, que eran supuestamente tratados como sujetos de experimentación, como si el hecho de que no pudieran comportarse como el resto de los seres humanos impidiera de alguna manera que fueran tratados como tales. Parecía como si Genie fuera un animal o algo semejante, ya que la sometieron a estudios probablemente traumáticos, y, tal vez, aquello afectase seriamente a su integración social. En las familias por las que pasó parecía ser que el dinero que recibían como ayuda para adoptarla fuera el único motivo para que fuera recibida en el seno de tantas casas en las que estuvo. Sin embargo, los malos tratos que se sucedían eran continuos.

La experimentación con estos niños casi se ha perdido por completo por falta de pruebas que verifiquen, por ejemplo, si Genie tenía algún tipo de retraso mental, como se planteó, o si su incapacidad fue motivada única y exclusivamente por su aislamiento. Hay que tener en cuenta que las primeras impresiones, las que tuvieron sus progenitores, era de que aquella niña era retrasada porque tardó mucho más que cualquier niño en hablar.

Entre los niños ferales que a lo largo de la historia se han ido hallando, tenemos algunos ejemplos notables, como los “niños lobos” hessianos, el primer caso documentado que tuvo lugar a mediados del siglo XIV. Victor de Averyon es otro de los mas famosos, junto con Genie. Su caso seria el que inspiro la creación de personajes como Mowgli o Tarzan, aunque la realidad era bastante diferente. Al principio, Victor se comportaba como un animal, e incluso podía responder con agresiones si se sentía amenazado. Aprendió, como Genie, un poco de léxico, pero la sintaxis nunca llego a comprenderla. También se realizo una película documental sobre este caso, llamada L’enfant sauvage o El niño salvaje. Kaspar Hauser, un niño alemán de 16 años que había vivido en un zulo, es otro buen ejemplo. Tenia serios problemas de entendimiento, y respondía a todas las preguntas con un “no se”. En su caso, también existe una película, El enigma de Kaspar Hauser. Kamala y Amala fueron encontradas en la India, y fueron criadas por lobos. Amala murió poco después de ser hallada, y Kamala lo hizo 8 años después. Uno de los últimos casos que se esta estudiando es el de Rochom P’ngieng, una camboyana que, tras casi veinte años desaparecida, fue hallada al robar alimento en una población cercana a la selva.

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